Buscar este blog

20 abril 2011

La rebelión de las palomas



Por Vidal Medina

Un día las palomas se cansaron de ser el alimento preferido de los gatos. Y no sólo de los gatos. Algunas aves como los pollos protestaron por ser el alimento favorito de los hombres y criticaron a las marcas comerciales de pollo frito que se enriquecen con su sangre. Aprovechando la coyuntura los huevos de gallina también quisieron protestar, sobre todo porque no se los deja madurar, pero no pudieron hablar, así que fueron las propias gallinas las que hablaron en su nombre.

Las palomas estaban hartas, así lo dijeron: ¡Estamos hasta la madre!... de ser constantemente el alimento de los gatos; los humanos nos tiran mendrugos de pan que suelen ser trampas para que los gatos, mientras estamos comiendo, puedan cazarnos. Somos palomas y no tenemos más armas que las alas, lo cual algunas veces nos permite huir de los depredadores, por eso vivimos en los cables de alta tensión o en los recovecos de las iglesias. Entiendan que no tenemos casa, la ciudad es nuestra casa y los gatos que son más agiles que nosotros, pero sobre todo mucho más crueles, nos han agarrado para su diversión aprovechando el ejemplo humano, que ha incluido aves procesadas en su dieta. Esa cultura de la muerte, aceptar que nos maten y matarnos como costumbre: nos rebelamos contra eso.

Creer que las aves somos inferiores o no importamos, humillarnos, cazarnos vilmente, usarnos para enriquecerse, quitarnos nuestra descendencia, nuestras plumas, comerse nuestra carne como si tal cosa les perteneciera, en fin. Sabemos que es difícil hacer entender a un gato éstas sutilezas. Por eso no estamos apelando a los gatos que poco entienden de razones. Entendemos que la naturaleza del gato es cazarnos. Por eso apelamos al hombre: eduque a sus gatos. Es un ultimátum.

También queremos que se escuche la voz de otras aves. Hay aves que piden más árboles para poner sus nidos y otras que piden parques, hay algunas ideas utópicas como la de que un miembro de cada familia humana, al menos, cada mañana le tire mendrugos de pan a las palomas, pero nosotros no vamos tan lejos.

Dejen de cazarnos. Si quieren seguir escuchando nuestro canto y viendo nuestro vuelo -hablamos por todas las aves-: dejen de cazarnos. No pedimos mucho, pero no podemos seguir arriesgando nuestras vidas inútilmente. Los pollos también están ¡hasta la madre! de ser masacrados por ustedes; les coartan sus vidas. Sus madres las gallinas están con nosotros en franca Rebelión.

Apelamos a su razón pero sobre todo a su sentido humano de la vida. De seguir las cosas como están tendremos que unirnos todas las aves en masa, pelearíamos la ciudad emulando la vieja película de Hitchcock. No quisiéramos dejar de aclarar que no podrán acabar con nosotras, que nos seguiremos multiplicando y construiremos espacios libres de gatos salvajes y tal vez de humanos. Hay espacio para negociar, si nos colocan baños públicos nos comprometemos a no ensuciarlos encima cuando van caminando. Lo confesamos, han sido avisos. No quisiéramos llegar a las instancias antes mencionadas sin antes dialogar.

Atte: Las palomas de la paz y aves en franca rebelión.

No hay comentarios: