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27 diciembre 2010

La magia de los soñadores



Sí, te lo diré
Te diré de qué se trata la magia.

La magia se trata de no dejarte atrapar en las redes del circuito.

De no formarte imagen alguna sobre ti o alguna otra persona que sobrepase la medianía de una fijación.

De pasarla sólo cuando te has quedado sólo,

Cuando tienes que estar sólo.

Estar ahí, sin desear otra cosa.

En ese momento te has dado cuenta de tu soledad,
y de pronto brillan los sonidos a tu alrededor
ahora todo es nítido.
Aparece la brisa suave de tu condición,
siempre de nuevo el canto de las cosas,
los diálogos secretos.
Las cosas que ocurren sin tú desearlo,
pero entiendes que es a ti a quien te toca conservarlas o simplemente verlas.
Admirar a las cosas como lo que son.

¿No parece un sueño?

¿No será tu férrea voluntad del mundo, tu fe en el mundo, tu esfuerzo en el mundo sólo un sueño mal soñado?

La magia consiste en apreciar un beso,

Al hacerlo la persona que besa se siente amada.

Está comprobado que un besador puede bailar toda una noche sin sentarse si tiene a quién besar y lo puede hacer continuamente.

La magia consiste en vivir tu muerte cada día.

No vivas tu vida
Vive tu muerte

Cambiar de nombre y de apariencia.
Dejar el nombre a un lado, vivir sin etiquetas, eso es la magia.

La magia aparece cuando se pronuncian adecuadas voces poderosas

Cuando dos se tocan

Cuando tú sonríes

Hay una potencia extraña en tu sonrisa

Hay algo más allá de tu sonrisa

Algo que también está dentro de mí

Algo me sostiene dentro de mi sueño, pero yo soy el que sueña, soy el soñador del mundo, y si el mundo es lo que es, es porque lo hemos mal soñado, lo hemos mal soñado.

Tenemos pesadillas en el mundo porque nos aferramos al mundo sin saber que sólo es sueño.

La magia consiste en despertar del sueño.

Reconocer que hay malos soñadores

Aunque a veces buenos soñadores crean mejores condiciones para todos.

03 diciembre 2010

Cántico / Leopoldo María Panero



Es verdad tu hermosura. Es verdad. ¡Cómo entra
la luz al corazón! ¡Cómo aspira tu aroma
de tierra en primavera el alma que te encuentra!
Es verdad. Tu piel tiene penumbra de paloma.
Tus ojos tienen toda la dulzura que existe.
Como un ave remota sobre el mar tu alma vuela.
Es más verdad lo diáfano desde que tú naciste.
Es verdad. Tu pie tiene costumbre de gacela.
Es verdad que la tierra es hermosa y que canta
el ruiseñor. La noche es más alta en tu frente.
Tu voz es la encendida mudez de tu garganta.
Tu palabra es tan honda, que apenas si se siente.
Es verdad el milagro. Todo cuanto ha nacido
descifra en tu hermosura su nombre verdadero.
Tu cansancio es espíritu, y un proyecto de olvido
silencioso y viviente como todo sendero.
Tu amor une mis días y mis noches de abeja.
Hace de mi esperanza un clavel gota a gota.
Desvela mis pisadas y en mi sueño se aleja,
mientras la tierra humilde de mi destino brota.
¡Gracias os doy, Dios mío, por el amor que llena
mi soledad de pájaros como una selva mía!
Gracias porque mi vida se siente como ajena,
porque es una promesa continua mi alegría,
porque es de trigo alegre su cabello en mi mano,
porque igual que la orilla de un lago es su hermosura,
porque es como la escarcha del campo castellano
el verde recién hecho de su mirada pura.
No sé la tierra fija de mi ser. no sé dónde
empieza este sonido del alma y de la brisa,
que en mi pecho golpea, y en mi pecho responde,
como el agua en la piedra, como el niño en la risa.
No sé si estoy ya muerto. No lo sé. No sé, cuando
te miro, si es la noche lo que miro sin verte.
No sé si es el silencio del corazón temblando
o si escucho la música íntima de la muerte.
Pero es verdad el tiempo que transcurre conmigo.
Es verdad que los ojos empapan el recuerdo
para siempre al mirarte, ¡para siempre contigo,
en la muerte que alcanzo y en la vida que pierdo!

La esperanza es la sola verdad que el hombre inventa.
Y es verdad la esperanza, y es su límite anhelo
de juventud eterna, que aquí se transparenta
igual que la ceniza de una sombra en el suelo.
Tú eres como una isla desconocida y triste,
mecida por las aguas, que suenan, noche y día,
más lejos y más dulce de todo lo que existe,
en un rincón del alma con nombre de bahía.
Lo más mío que tengo eres tú. Tu palabra
va haciendo débilmente mi soledad más pura.
¡Haz que la tierra antigua del corazón se abra
y que sientan cerca la muerte y la hermosura!
Haz de mi voluntad un vínculo creciente.
Haz melliza del niño la pureza del hombre.
haz la mano que tocas de nieve adolescente
y de espuma mis huesos al pronunciar tu nombre.
El tiempo ya no existe. Sólo el alma respira.
Sólo la muerte tiene presencia y sacramento.
Desnudo y retirado, mi corazón te mira.
Es verdad. Tu hermosura me borra el pensamiento.
Tengo aquí mi ventura. Tengo la muerte sola.
Tengo en paz mi alegría y mi dolor en calma.
A través de mi pecho de varón que se inmola
van corriendo las frescas acequias de tu alma.
La presencia de Dios eres tú. Mi agonía
empieza poco a poco como la sed. ¡Tú eres
la palabra que el Ángel declaraba a María,
anunciando a la muerte la unidad de los seres!