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19 noviembre 2021

El futuro de la cultura en Nuevo León, entre la generosidad y los derechos

 

En la última junta del Consejo para la Cultura y las Artes de NL se tocó el tema de otorgar un incentivo para que quienes deseen ingresar al padrón de artistas agremiados a Conarte tengan un beneficio extra además de tener voz y voto en las juntas de gremio.

La propuesta que se puso sobre la mesa ha generado una fructífera revisión de los criterios de empadronamiento y nos ha puesto a trabajar en equipo, a vocales y funcionarios, lo cual puede derivar en una mayor apertura para la participación.

La participación en los gremios artísticos es uno de los caminos que reconocemos como democrático para que las demandas del sector puedan ponerse en la balanza, y seguir siendo el punto de anclaje con la sociedad.

También es uno de los mecanismos legales para el diálogo político, cuyo fin es construir y mejorar las condiciones de vida de la sociedad. En este sentido no hablamos de una utopía cuando hablamos de bienestar para los trabajadores del arte y la cultura, sino de un deber del Estado, ya que en el artículo 4° de la Constitución Mexicana dice:

Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación cultural. (ADICIONADO, D.O.F. 12 DE OCTUBRE DE 2011)

Uno de los temas más importantes y estratégicos en la conformación de un sector menos vulnerable es cambiar la visión que se tiene de los trabajadores del arte y la cultura como prestadores de servicios a una visión como sujetos de derecho.   

Por ello reconozco que fue burdo mi ejemplo de considerar un descuento a los artistas en eventos culturales; quizá por ello algunos consejeros confundieron una exigencia de derechos y de reconocimiento legal por parte del sector artístico, con una dádiva.

Lo que me cuesta trabajo entender es que algunos consejeros pidan al sector artístico que “sea generoso con la institución, y que piense en todo lo que ha recibido y en lo que puede dar”, y que esto se pida en un momento crítico, cuando el sector necesita una verdadera reactivación económica.

Piden generosidad a los artistas, mientras los recortes presupuestales siguen mermando los programas y las convocatorias. Piden que veamos lo que se nos ha dado cuando en los últimos años hemos visto cómo el Presupuesto para la cultura se destina en su mayor parte a cubrir el pago de nóminas y de operación, golpeando directamente a los programas y convocatorias, que son el objeto de esta institución.

Por todo eso y con el afán de aclarar ese punto, es que escribo esto, para asentar que no estamos pidiendo privilegios, ni solicitamos dádivas, estamos conscientes de que el presupuesto de cultura proviene de los impuestos de los ciudadanos y que a ellos nos debemos.

También hay que decir que no venimos con las manos vacías, sino llenas, porque somos los artistas y los trabajadores del arte y la cultura los que damos sentido a las instituciones encargadas del fomento y la divulgación de, hay que decirlo, nuestro trabajo. Pongámoslo más claro, sin artistas no habría festivales, ni encuentros, exposiciones o muestras de nada.

Habría que empezar por reconocernos como un sector económico aportante, que pagamos impuestos y generamos riqueza, trabajo y capital simbólico.

Por la situación en la que nos encontramos después de la pandemia, con el cierre de teatros y la paralización de casi todas nuestras actividades remuneradas es que no estamos en situación de jugar a una utopía imposible, por eso apelamos a la sensibilidad de los consejeros y funcionarios encargados de la Cultura y nos amparamos en la Constitución Mexicana.

Más que pedir un descuento o solicitar dádivas, la cuestión que se tiene que zanjar es un tema de visiones y de prácticas en los hábitos de la comunidad cultural.

Se habla de participación ciudadana en la conformación de la política pública, pero al mismo tiempo otros Consejos Consultivos deciden a puerta cerrada los destinos de la cultura en NL sin tomar en cuenta las necesidades de los gremios.

Hoy más que nunca es necesario el diálogo serio y respetuoso, para construir entre todos, trabajadores del arte y la cultura y funcionarios estatales y municipales, mejores condiciones que deriven en una Ley de Cultura en la que estemos representados todos y todas los que hacemos posible la vida cultural en el Estado.

No queremos un futuro en que la Cultura sea secuestrada por los intereses de unos cuantos, por salud democrática es que deben abrirse los mecanismos del diálogo para que en el corto plazo haya legislaciones que reconozcan como sujetos de derecho a quienes trabajamos en el arte y la cultura.

Por la salud de la democracia y un futuro en el que estemos todos incluidos, más equitativo y sobre todo más justo.

Gracias.

Vidal Medina. Vocal y representante de la Comunidad de Teatro.

Texto leído en la Vigésimo Tercera Reunión Ordinaria de Consejo el 17 de noviembre de 2021.