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27 enero 2020

Carta al gremio de teatro y a la comunidad artística de Nuevo León

El deporte favorito en Nuevo León sin duda es hacer dinero, no es el afán humanístico, no es el nutrir el espíritu, no es nutrir la conciencia, es lo material que gana

-Jorge García Murillo.

Desconozco el arte de hablar correctamente en público, ese lenguaje bien armado que usan los políticos; también desconozco el arte de hablar de manera rebuscada. Soy un extraño a ese tipo de lenguaje, ya que provengo de otra estirpe, de otra familia, de otra tradición.

No acostumbro disfrazar la verdad con adornos ni palabras bonitas, no es de mi incumbencia que las cosas suenen bien, sino que suenen. No me interesa ocultar nada.

Por lo tanto seré sencillo y directo, como he aprendido a hablar aquí en el norte, y porque la verdad no necesita adornos, ya que es simple y llana, como la justicia.

Considero pertinente, en primer lugar, aclarar el motivo por el que voté a favor del Presupuesto de Conarte para el ejercicio 2020 en mi rol como vocal del Gremio de Teatro.

En la pasada junta del Pleno del Consejo para la Cultura y las Artes de NL, que tuvo lugar el miércoles 22 de enero en el HUB de la Escuela Adolfo Prieto, mi interés principal como representante de la comunidad de teatro, era que los acuerdos del gremio en la última junta del año pasado fueran tomados en cuenta y aplicados efectivamente en el ejercicio presupuestal del 2020. Estos cambios que estamos proponiendo, de llegar a aplicarse, supondrían un incremento de recursos para las convocatorias de teatro. Una duda que expresé en dicha junta fue la de saber si más allá de las convocatorias era posible destinar recursos a proyectos nuevos surgidos de las necesidades actuales de la comunidad de teatro. La respuesta fue tajante: todos los recursos tienen un destino fijo, aunque Melissa Segura, Secretaria Técnica del Consejo abrió la posibilidad de discutir el tema en la comisión de teatro, siempre y cuando lleváramos un proyecto concreto para su análisis.

Quiero que quede constancia de mi reconocimiento al hecho de que la disciplina de teatro ha ganado espacios dentro de la operación institucional de Conarte y programas como El Festival de Teatro, el Encuentro Estatal, la Semana de la Dramaturgia y otras convocatorias más, se han mantenido activas y vigentes, lo cual debería, por sí mismo, hacerme callar la boca ya que, a primera vista, el Presupuesto 2020 no afecta al gremio. Por eso voté a favor.

Sin embargo, en las horas posteriores a esa votación, Joel Morales publicó en la página del Observatorio Ciudadano de Arte y Cultura de NL una tabla comparativa con los presupuestos de Conarte desde el año 2016 hasta la fecha, misma que pongo aquí mismo:

En esta tabla lo que llama nuestra atención es el detrimento sistemático que ha sufrido el rubro Programas y Proyectos, que pasó de tener un 50% en 2016, a tan sólo un 30% en 2020. De manera inversamente proporcional el rubro Servicios Personales (Suedos y honorarios, internos y externos) representaba el 35% y ahora en 2020 es el 50% del presupuesto.

¿Cuándo cambió la visión de Conarte?

Es por esto y por solidaridad con las demás especialidades, en particular con el gremio de Danza y su Vocal Maru Ayala, quien votó en contra del presupuesto, y con Fernando Galaviz, Vocal de Literatura que también votó en contra, y porque entiendo que somos una comunidad artística y no solo un gremio los que hacemos posible la oferta cultural, los programas y eventos artísticos, que quiero rectificar mi posición y fijar una postura ante la institución.

Y es que no puedo quedarme de brazos cruzados, aunque mi disciplina se vea beneficiada, cuando el grueso de los festivales y proyectos artísticos están siendo golpeados para engrosar cada vez más un rubro de sueldos y salarios de la maquinaria institucional.

Estamos convencidos de que los recursos, al menos en un 70%, deben estar destinados a programas y proyectos y, cueste lo que cueste haremos un análisis exhaustivo y los cambios que sean necesarios ante la ley para hacer esto posible.

Porque lo que no es posible, ni aceptable, es que un funcionario cultural, como Jorge García Murillo, sentado en la comodidad de su silla, cobrando un sueldo extraordinario por vaya a saber hace cuántos años, sin nadie que lo cuestione, se atreva a endilgarnos en nuestra propia cara la legitimidad de un régimen democrático del que él mismo es parte.

Nosotros no queremos replicar los problemas que aquejan a nuestro país, y no queremos ser ciegos a ellos. Si para usted, Jorge García Murillo, la política cultural no debe ser democrática, entonces váyase a su casa. No sea hipócrita. Aprenda a vivir de su trabajo y deje de vivir del presupuesto de los ciudadanos.

Por último, quiero dejar en claro mi posición. No estoy en contra de personas, esta exposición no responde a ningún tipo de rencor personal, sino que escribo con responsabilidad y en contra de una forma sistemática de hacer las cosas en detrimento de los Derechos Culturales. Para decirlo en pocas palabras: Ya estamos hartos de eso.

Exigimos que las cosas cambien y eso implica una redistribución del presupuesto, justa y sí, aunque les pese, democrática.

Vidal Medina. Vocal de Teatro, Integrante del Pleno del Consejo para la Cultura y las Artes de NL.

Monterey, Nuevo León a 25 de enero de 2020