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13 septiembre 2012

Wanda

1. Estoy esperando que Wanda me conteste. Es lunes y estoy esperando su respuesta. Este fin de semana Wanda estuvo para mí. Pero ayer se fue y nada, que no contesta mis mensajes. Comienzo a incomodarme. No es que tenga que estar siempre para mí. No es eso. Creí que contestaría mis mensajes. En fin que aquí estoy, como otras veces, dándole vueltas en mi cabeza a la idea de que Wanda otra vez me está engañando. Si así es puedo concebirlo. Si no es así, no puedo evitar imaginarlo. Cuando lo imagino duele. No tiene que ocurrir. Sólo imaginarlo duele.

2. Wanda es una mujer libre. Puede hacer lo que le venga en gana. Wanda no me engaña. Wanda me lo dice todo. Wanda me quiere. Wanda me procura. Wanda es incapaz de agraviarme. Wanda es incapaz de ofenderme. Wanda es incapaz de hacer algo como: serme infiel.

3. Tuve la graciosa idea de que a Wanda le gusto para padre de sus hijos Como padre abnegado quiero decir. Como buen compañero en familia. Como benefactor permanente. Como hombre trabajador y responsable. Que bebe pero despierta temprano. Que fuma pero no se atasca. Que sabe discernir lo bueno de lo malo y esto de lo peor. Que se regodea entre lo mejor y que sabe que lo mejor está a su lado. Tuve la graciosa idea de llenar esas y otras expectativas en Wanda y me gustaría hablar con Wanda de estas cosas. Porque yo no lleno esas expectativas ni otras más que ella imagine. Me dirá que no es suficiente. Tal vez quiera otras cosas como: nada de eso. A veces parece que a Wanda nada le es suficiente. Supongo que eso la convierte en mujer. Nada le queda bien. Nadie está a su altura. Y eso me hace concluír que: Wanda es una gran vagina.

4. Ya no esperaré a Wanda, borraré de mi mente la idea de estar esperando. Debo conducirme hacia un rumbo que no sea Wanda para llegar a Wanda.

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