Buscar este blog

24 septiembre 2011

A los escritores museificados

A ustedes, escritores museíficados, museo de sí mismos, repetidos y repetitivos, yo les doy mi más sentido pésame

No asisitiré a sus funerales

Miles de desplazados en las fronteras de las esperanzas vanas a quienes hemos olvidado
duermen entre la basura mientras los persiguen sus propias pesadillas

mientras una mano invisible del mercado nos transforma en invisibles

La precariedad y el hambre son nuestro pan de cada día

Simples mortales que han perdido la inocencia

aves que cruzan el cielo mientras despejamos las lagañas de los ojos y no podemos ver

niños que trabajan duro para que tú tengas algo de tecnología.

ancianos que son abandonados por sus hijos y pueblan nuestro mundo de indigentes.

hombres y mujeres que se aguantan las ganas de llorar en la oficina.

palabras que no dicen nada y significan “muere perro”

gente rodeada de pantallas y pantallas rodeadas de gente.

los que no conocen la felicidad o para quienes la felicidad consiste en tener dos horas libres para respirar.

consiste en llegar a casa y no tener ni un pan para comer

un poco de sexo gratuito en un cuartucho de dos por dos con alguien que te miente cuando dice que te ama.

Yo les digo esto a las patadas y los gritos

Porque lo mío son las patadas y los gritos

Todos aquello a quienes el dolor nunca abandona

Los que sólo son dueños de su propia muerte curativa

Por todos ellos beberé un trago de tequila a su salud, antes que la muerte me arrebate

Esta muerte que me ronda porque se ha instalado en la ciudad, en mis cuatro paredes, dentro de mi alma

A ustedes, escritores del museo de mierda, no les dedico ni un eructo.

No hay comentarios: