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20 enero 2010

Erwin Shrödinger / La misión


Schrödiger dejó a su esposa en casa y alquiló una cabaña en los Alpes suizos durante dos semanas y media. Se llevó sus cuadernos de apuntes, dos perlas y a una antigua amiga vienesa. La misión que Schrödinger se había propuesto era salvar la teoría cuántica, inestable y parchada por todos lados. El físico vienés se puso una perla en cada oreja para evitar ruidos que lo distrajeran y puso a su amiga en la cama para inspirarse. Schrödinger se impuso una tarea difícil: tenía que crear una teoría nueva y mantener contenta a la chica. Afortunadamente estuvo a la altura.

(Fragmento. La teoría de casi todo. Robert Oerter)