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12 junio 2023

Memoria y violencia en el teatro regiomontano

 




Algunos alababan la obra y otros al maestro de la obra

-Gotthold Ephraim Lessing



La gente pocas veces, después de haber estrenado una obra, se acerca para decirme, “oye, ¿sabes qué? tu obra me gustó pero podrías mejorar estos aspectos”. Las personas normalmente me felicitan o simplemente se quedan calladas, lo cual puede interpretarse como que la obra no les gustó o que no les gusto yo, en fin, que sabemos que existen silencios incómodos que por falta de tiempo no se convierten en críticas, quiero creer. 


Agradezco mucho que una persona se tome el tiempo de escribir una crítica de mi trabajo cuando lo ha visto o leído. Eso hizo Lessing, quien ejercía el oficio de dramaturgo, pero se convirtió en crítico profesional al escribir sus opiniones sobre la estética del teatro alemán de su tiempo en un libro llamado El Laocoonte. Así pues, asumiendo que una crítica no es un juicio de valor sobre la pieza observada ni sobre el artista que la hizo, sino un análisis de sus componentes, aquí van mis apreciaciones sobre las tres obras que pude ver en el 33 Encuentro Estatal de Teatro de NL la semana pasada.   


1. 

En la inauguración se presentó un emotivo homenaje a los decanos Mirna Kora (Q.e.p.d) y Virgilio Leos, bajo la dirección de Mayra Vargas y Elvira Popova, quienes llevaron a escena Las ruinas de la memoria un texto de Luis Guerrero que pone el foco en la pérdida de la memoria real, no metafórica, que aqueja a personas de la tercera edad con demencia senil.


Sin memoria somos cuerpos vacíos, moldes huecos. Por ello la memoria es igual que la vida espiritual, ya que produce imágenes de lo que fuimos y ayuda a construir lo que estamos siendo. Un texto inmejorable de Luis Guerrero para rendir un merecido homenaje a dos grandes figuras de la escena local. Por otra parte, qué mejor homenaje para un actor de tan amplia trayectoria, como Virgilio Leos, que tener la oportunidad de verlo en acción y activar así los mecanismos de la memoria viva. 


El Mtro. Leos interpreta a un hombre cuya memoria, caprichosa y obsesiva se ha instalado en un eterno presente que a la vez oculta el dolor de aquello que no debe recordar o que recuerda bajo otro nombre: la culpa. 

La Mtra, Mirna Kora (tristemente fallecida hace muy poco) se hace presente en su voz, al contar con el registro vocal de ensayos y lecturas de texto y de esta manera hacer posible su presencia-ausencia y así interactuar con el actor de ochenta y pico de años. La culpa y el amor que esta pareja de ancianos comparte son representados por el olvido en él y la memoria en ella. Un insoportable bucle temporal que va mermando su comunicación cotidiana. 


También es llamado a escena Luis Guerrero, el ya citado autor de la obra, en un doble rol entre el personaje del nieto y el de técnico asistente, pero con una función dramática disminuida en favor de las resoluciones técnico-escénicas. En algún momento, al ser mínimas las acciones en escena, la obra se torna estática. Pronto la atención se concentra en escuchar atentamente el texto. Se compensa un tanto el desequilibrio con la dinámica visual de las pantallas y los videos. Al final la obra da un giro inesperado y melodramático que saca al espectador del bucle y lo instala de golpe en la resolución del conflicto. 


Cabe señalar que en otras obras de Luis Guerrero, como Los Payasos, también se recurre al melodrama, lo cual ya apunta a una cualidad estilística del autor. Un merecido y emotivo homenaje a dos grandes personalidades de la tradición teatral regiomontana cuya memoria, gracias a este montaje, se conserva viva.


2,

La violencia ha estado presente en Monterrey de manera aguda al menos desde hace catorce años. Entre 2009 y 2011 se instaló definitivamente como un cáncer y poco a poco fue carcomiendo el tejido social y acabando con años de convivencia pacífica, sin lograrlo del todo, pero dejando al miedo como un fiel acompañante de toda salida nocturna. 


La guerra nunca se fue y todavía vivimos sus efectos, que ahora se notan más en las generaciones de jóvenes. No hemos hablado lo bastante de violencia, feminicidios e inseguridad de tal manera que hayamos generado un cambio o podamos hablar de conciencia social.


Pero ahora también el teatro está viviendo su catarsis y despojándose del miedo a tomar la palabra para hablar de los problemas de su tiempo en lugar de quedarse en la cómoda posición del teatro burgués-conservador que a tantos gusta y que tan bien se vende, pero que no denuncia.


La forma en que la violencia es entendida, vivida y por lo tanto narrada en el teatro, es distinta en cada creador y da cuenta de la posición desde la que se ejercen los discursos y se hace uso de la voz y para qué.


Por un lado habrá quienes hagan uso del escenario para que los volteemos a ver, para contarnos algo propio: compartir su dolor y después de muchos años romper el silencio. Este es un teatro que crea comunidad al acercarnos a la persona que rompe todas las barreras personales, familiares y sociales para contar una vivencia dolorosa. Para hacer esto posible hace falta mucho valor, una amorosa compañía y respaldo, un equipo de trabajo y un público receptivo. Este acto valiente y humano es el caso de Cassandra Colis y su 404 not found, un biodrama que toca inevitablemente el corazón de quien lo aprecia al abordar el doloroso caso de un feminicidio, pero lo hace sin melodrama, de manera poética y acompañada por un trabajo audiovisual impecable. La interacción del público es llevada a cabo de manera muy cuidada y con la única consigna de acompañar a la actriz en su doloroso trance y darle recuerdos vividos. Una obra que debería ver mucha gente en este país, y a la que le auguro una larga vida. Los objetos y las imágenes están en su justo lugar y crean su propia fuerza de atracción gravitatoria, como la luna llena.


3.

En un registro muy diferente se presentó Kumbia sumergida. Antonio Craviotto firma la puesta en escena y el incansable Hernán Galindo la dramaturgia. La obra aborda el asesinato del grupo de música vallenata Kombo Colombia a manos del narco hace algunos años. Otra vez aparece la violencia en escena para confirmar que el arte teatral ya se ha despojado de sus tabúes sociales para exponer y denunciar la impunidad y la injusticia.


Con pocos, pero bien manejados, recursos escénicos Cravioto logra crear buenas imágenes y resolver escenas con plasticidad: una estructura de andamios en la que se despliega el trabajo corporal de los actores, un árbol, una pantalla y la música en vivo del grupo El Tigre, y la iluminación son elementos destacados que contribuyen a que el campo visual y auditivo de la obra sea atractivo a pesar de lo fragmentario del texto, que presenta una estructura de tiempos traslapados en los que recrea escenas del secuestro, interrogatorio y asesinato de los integrantes de la agrupación musical y los intercala con testimonios y denuncias de personajes como la mujer policía, cuyo hermano estaba entre los músicos secuestrados. 


En cuanto a las actuaciones, los actores derrochan energía: bailan y cantan al ritmo de la cumbia colombiana pero no terminan por cuajar una interpretación verosímil de sus personajes, tornándose impostados y por lo tanto no creíbles. 

Colonias populares de Monterrey como La Independencia, Sierra Ventana o la Campana, de donde eran originalmente los integrantes del Kombo Colombia, son mencionadas en la obra pero en ningún momento son sustentadas por imágenes en el cuerpo del actor que le den organicidad a la palabra y por lo tanto, verdad.


En este caso el texto y la obra están acorde con su tiempo al reflejar la violencia en el Monterrey popular como lo han hecho la película Ya no estoy aquí, o la obra de teatro Ese Boker en el campo del dolor, de Víctor Hernández.


Kumbia sumergida recrea escenas y denuncia casos pero no revela nada nuevo. Vale como gesto plástico. Es un espejo eso sí, de un problema social que lejos de resolverse sigue creciendo.




Vidal Medina

12-06-2023


12 abril 2023

No hay excusas para no ser transparentes: El presupuesto de Conarte

 

El día de ayer se suscitó una disputa en Facebook, en varios muros y con varios personajes involucrados, entre ellos el periódico La Rocka, el Vocal de literatura Juan Manuel Zermeño y quien esto escribe.  


El Periódico La Rocka publicó una crítica del gasto oneroso que el gobierno estatal hará para traer al MacroFest a Santa Fe Klan, 20 millones de pesos; mientras que a Conarte este año le han recortado el presupuesto en 50 millones.  


Llamó mi atención la respuesta del Vocal de Literatura a la crítica, tanto que aquí voy a reproducirla.  En su muro de FB Zermeño responde a la Rocka:  


Dicé usté también que la Secretaría de Cultura gasta millonadas en los conciertos, bueno, le informo que a mí, en una reunión, la secretaria de cultura me informó personalmente que ellos gestionan la organización, pero que ese dinero no viene de la bolsa destinada para esta secretaría. O sea, ese punch de presupuesto no era algo que se le quita a materia de cultural(...)“Se nos aseguró una negociación en la que "el Sr. Gobernador está en la mejor disposición" de otorgar una ampliación presupuestal para poder seguir operando la cultura para todas y todos. Yo estuve en ese comité yo estuve en esa reunión, a mí nadie me lo contó.


Con ánimos de llevar este tema al terreno de la congruencia y abandonar los ataques personales, en el afán de generar concilio y comunicar de manera transparente, es que invito a Juan Manuel Zermeño Posadas, en su rol como Vocal de literatura, a compartirnos la Minuta de la reunión que sostuvo el día 1° de abril a las 12 del día con la Secretaría de Cultura, la Presidenta de Conarte, y cinco Vocales. 


También lo invito a que nos explique por qué no fueron invitados los demás vocales, siendo que suman 12 los representantes de las comunidades artísticas y los demás no se enteraron sino hasta después de ocurrida la reunión. 


De igual manera lo invito a compartirnos la manera en qué fue designada dicha Comisión y por quién. 


La razón de todo es precisamente dejar de especular con la información. Zermeño asegura que él estuvo ahí y nadie se lo contó, pero no basta, tenemos que recordar que esas reuniones son de carácter público, entre Vocales representantes de las comunidades, y autoridades estatales, y los temas son de Interés Social. 


Tenemos derecho a saber quiénes tomaron la palabra, qué se dijo, qué propuestas hubo de parte de los vocales y cuáles fueron los acuerdos a los que se llegaron. 


El registro de esa junta es de interés público y apelando a la transparencia de la que el Gobierno presume, porque “no hay excusa para no ser un gobierno transparente”, es que invito a Zermeño a compartir el documento oficial de esa reunión. 


Gracias.


Vidal Medina.

04 enero 2023

Construir común frente al desastre cultural en Nuevo León

 



Por Vidal Medina


Advertencia al lector:


En este texto utilizamos palabras como “desastre”, “catástrofe”, "desarticulación" y “negligencia”, pero nunca “apocalipsis” en el sentido de fin de los tiempos; nos referimos a los tiempos actuales como “nueva normalidad”, pero eso no implica renunciar a formas del pasado que consideramos ausentes y necesarias.  Habrá palabras como “caminos”, “construcción”, “acción”, “interacción”, “unión”, “común y “divergencia” incluso “interés”. 


Muchas de las ideas aquí vertidas no me pertenecen de origen, me las he apropiado, por eso a veces escribo en plural, como diciendo que “escribimos este texto” junto con mis lecturas, las ideas que he tomado de otra gente y sus palabras. Siempre ha sido así. La construcción de mi identidad es en parte colectiva.


También escribo en plural porque reconozco que no lo hago en el vacío, sino para la comunidad artística y quién se sienta parte de ella. 


A algunos de ustedes las ideas aquí vertidas les pueden parecer insurgentes, o por el contrario, obsoletas.


Tengan por seguro que me faltan palabras para completar todo lo que este texto quisiera decir, esas las pondrán ustedes, yo sólo cuento con estas, insuficientes pero bien aceitadas.



Lo común

Quiero empezar citando a Isabelle Stengers, para quien antes de emprender cualquier acción es necesario crear un “sentido común” o un “común sentido”, que no existe de antemano, hay que procrearlo. En primer lugar tenemos que reconocer lo “común” para después darle un “sentido”. 


En el caso que nos ocupa empezaremos por lo obvio: estamos inmersos en un desastre cultural y de seguir en este rumbo nuestro trabajo corre el riesgo de desaparecer.

 

Tenemos que dar nuestro reconocimiento a todos aquellos que han mantenido viva la llama del teatro, la música, la danza, las artes plásticas y las letras, en las peores condiciones, que son las actuales. A quienes, por la pasión que los ocupa, han hecho su trabajo recibiendo pagos mínimos o salarios de mierda, por algo que sabemos vale mucho más. A quienes han encontrado la libertad financiera para seguir produciendo, y a quienes han renunciado a las bolsas institucionales y siguen rebeldes y perseverantes manteniendo de su bolsillo su trabajo, imprimiendo libros, fanzines, haciendo teatro de bolsillo, y tocando en bares, aunque cada vez son menos.


También a quienes han cumplido en tiempo y forma con todos los compromisos adquiridos con las Instituciones públicas y las empresas privadas, a pesar de que ambas, en muchos casos, retrasen los pagos o se declaren en insuficiencia presupuestaria. 


Si puedo escribir este artículo es gracias a ustedes que han seguido produciendo en estas condiciones y lo seguirán haciendo a pesar de todo. Sin ese motor esta ciudad sucumbiría ante la barbarie que nos amenaza por todos lados. 


Pero también escribo para los que están en paro, por decisión propia o porque las condiciones económicas ya nos les dieron para seguir haciendo su arte, a todos esos actores, bailarines, músicos y escritores que decidieron detener su producción y en cambio seguir vivos o cumpliendo con sus obligaciones familiares. 


Para quienes tuvieron que cerrar sus centros culturales porque no pudieron hacerle frente a la pandemia. 


A quienes han tenido que migrar a otras ciudades o países, porque Monterrey no les brindó las condiciones para seguir produciendo y a quienes, dentro de la ciudad también han tenido que migrar, de espacios, de casa y lugares para poder ensayar y seguir teniendo presentaciones. 


También a las pocas personas que han invertido su dinero en espacios culturales para que las artes sigan encontrando su público en estos tiempos aciagos.


Son importantes los que se han ido: Patricia Laurent Kullick, Gerardo Dávila, Iván Trejo, Jesús Blake, Rubén González Garza, Óscar Sensei, Héctor Carrizosa, Julián Guajardo, Mirna Kora, María Estela Robles, Luis Aguilar y tantos otros artistas que han muerto en muchos casos por enfermedades crónicas y sin seguro médico. 


A todos ellos tenemos que darles las gracias, sin embargo, también hay que decirles que la ciudad se nos fue de las manos y no opusimos resistencia.


Esos somos nosotros; compartimos problemas asociados a la falta de pagos, ausencia de seguros médicos y pensión para el retiro. También tenemos en “común” que, con los recursos propios, muy pocos tendremos una vejez y una muerte dignas. 


Por todo esto afirmo que esta ciudad se cayó a pedazos en materia cultural. No debería sorprendernos la afirmación, sino preguntarnos ¿Qué hicimos mal?


No sólo lo que hicimos mal los últimos años, es claro que la pandemia terminó desdibujando todo el sistema cultural orgánico de la ciudad y en su lugar se está configurando un nuevo sistema en el cual nosotros llevamos la peor parte.  


Antes había Movimiento Cultural en la ciudad, había encuentros independientes de todo tipo, es decir había comunidad ¿qué nos pasó? 


Son preguntas incómodas pero necesarias, 


Vivimos y trabajamos en medio de una crisis, son malas noticias, pero estamos llenos de malas noticias por todas partes, así que una más no puede ser tan terrible. Quizá lo más terrible de ésta, es que nos implica, y nos convierte en agentes responsables. Y si no nos ponemos en acción se pondrá peor, a tal grado que habría que pensar muy seriamente en la muerte del arte, por el simple hecho de que nuestra actividad se podría volver insostenible económicamente en los próximos meses.


Eso somos nosotros. 


Las soluciones

Para forjar el sentido común es necesario reactivar la imaginación, y para ello Isabelle Stengers llama a problematizar: ver un problema ahí donde teníamos una solución o dos soluciones antagonistas.  


Paradójicamente La Secretaría de Cultura fue creada para dar atención a los grupos vulnerables de la entidad y para ello se duplicaron muchas de las funciones del Conarte, se creó un nuevo aparato burocrático que pasó a ocupar el LAB NL como centro de operaciones y al mismo tiempo se adelgazó la nómina de Conarte en cuanto a número de trabajadores, aunque a finales de año aprobaron un aumento de sueldos. 


Hablando de “lo común”, es claro que no podemos aplicar la palabra “nuestro” al recién creado LAB NL, ni podemos aplicar esa característica a la Secretaría de Cultura de Nuevo León.  


La recién creada Secretaría de Cultura, la casi extinción del único órgano democrático cultural: CONARTE y el LAB NL, son soluciones que representan nuestros problemas de fondo como la precariedad, la falta de espacios para la creación y la inexistencia de una legislación que contemple nuestra actividad profesional.


A esto se suma una de las prácticas más nocivas de esta comunidad “el amiguismo”, que muchos de los funcionarios públicos en las Instituciones de Cultura de Monterrey, San Pedro o San Nicolás, tienen como práctica habitual, lo que reduce significativamente las oportunidades de participación del resto de los grupos de la entidad. Esto resulta en prácticas desiguales y oportunidades para unos cuantos. Si a esto le sumamos lo dicho arriba sobre la violación sistemática de nuestros contratos y convenios de pago, estamos en la lona. O lo que es lo mismo, desunidos, desarticulados.


Por si esto fuera poco, la precarización del trabajo artístico no sólo afecta la calidad de la producción artística, sino también la salud mental de artista.


Por otra parte, hemos perdido espacios y hemos perdido presencia en la ciudad. Ha desaparecido el "movimiento cultural orgánico": las iniciativas ciudadanas que daban vida al teatro, la música, las artes plásticas, los encuentros independientes; hablo de tocadas, presentaciones de libros, funciones de teatro en lugares recónditos, exposiciones en sitios alternativos. Sigue habiendo, pero son una excepción a la regla y están completamente desconectados entre sí.


La ciudad está muerta culturalmente. Lo que hay es un cadáver, de pie, sí, pero es puro hueso, infraestructura y presupuesto (para los sueldos de los altos funcionarios). A la ciudad le falta el alma que la animaba. ¿Qué nos pasó? ¿envejecimos? ¿migramos? ¿nos cansamos?

La solución de la nueva Gobernanza Cultural es un desastre, ya que se ha implementado sin tomar en cuenta lo hecho por las comunidades culturales en esta ciudad y sin una legislación acorde a los nuevos tiempos. Este nuevo sistema se impuso desde años atrás con poca resistencia de nuestra parte, y la que existió fue anulada. 


En esta nueva política cultural somos números al servicio de un Estado algorítmico sujeto a indicadores, y pierde sentido nuestra humanidad y nuestra condición como sujetos de derecho. 


En las soluciones están nuestros problemas. La nueva infraestructura es un Elefante Blanco. Nosotros no estamos contemplados para espacios como el LAB NL, no nos pertenecen. Por lo tanto, esos espacios dejan de tener “sentido”. Sólo tiene sentido lo que es habitable, lo que habitamos orgánicamente.  La infraestructura cultural del LAB NL carece de sentido para la comunidad cultural de la entidad, o buena parte de ella, ese es uno de los problemas. El sentido de pertenencia no se puede comprar con inversión en un edificio, pero esa inversión sí que puede afectar el desarrollo cultural en una entidad.



El sentido.

Ante la ausencia de acceso a los derechos fundamentales de los trabajadores del arte y la cultura y ante el adelgazamiento de los presupuestos para los programas de cultura, mientras aumentan los sueldos de funcionarios, nuestra labor, ya precarizada, está al borde de la desaparición y no podemos quedarnos de brazos cruzados.


Necesitamos una resurgencia de los comunes desde la perspectiva de un desastre doble, citando a Stengers, que es a la vez social y subjetivo. Es social porque la destrucción de los comunes es parte del desastre y es subjetivo porque implica la depresión de las voluntades hacia la No acción.  La destrucción de los comunes acompaña al colonialismo.


Por todo ello es necesario “procrear” un dispositivo que nos permita organizar de mejor manera los intercambios entre los artistas, las instituciones y el público. El dispositivo que propongo no es nuevo, existe en la Ley Federal del Trabajo y se llama sindicato.


Un sindicato es una unión de trabajadores que se organizan para defender sus intereses laborales, asesorados jurídicamente y con representación legal ante todas las instituciones estatales. en este grupo todos sus miembros tienen derecho a la defensa y asesoría legal en pro de sus intereses laborales y en casos de incumplimiento de contratos, retrasos de pagos, etc. 


Necesitamos una Unión consagrada enteramente a los intereses jurídicos y legales de los que hacemos arte en esta ciudad. Un organismo que perdure en el tiempo, más allá de los funcionarios de paso y de los partidos políticos. Una Unión de Trabajadores del Arte y la Cultura de Nuevo León sin partidismo y sin colores.


El sindicato que propongo se podría llamar Unión de Trabajadores del Arte y la Cultura de Nuevo León.



El llamado

Si Monterrey pretende figurar como una ciudad de Vanguardia, tiene necesariamente que atender al sector artístico.


Así que podemos empezar a ponerle firmas y contenido a los estatutos de esta Unión, para poder tener en poco tiempo un organismo que contemple las necesidades de una comunidad que representa un sector estratégico para la reconstrucción del tejido social; un sector económico que da trabajo y genera capital simbólico y contenido edificante para la ciudad.


Es ahora o nunca. 

Los escucho.


22 abril 2022

Conarte se mantiene



El pasado 7 de abril se llevó a cabo una reunión entre Melissa Segura, Secretaria de Cultura y algunos consejeros, los Vocales de las disciplinas artísticas: Zaira Espinoza y Fernando Galaviz (Literatura); Alejandro González (Danza); Martha Ruth (Artes Plásticas); Carmen Alonso y un servidor (Teatro). También estuvieron presentes América Palacios y el asesor jurídico de la Secretaría de Cultura, Ricardo Morales.

 

En la reunión llevada a cabo en el Lab NL,se trataron algunos temas que han generado mucha incertidumbre en la comunidad artística, como la supuesta duplicación de funciones entre el Consejo para la Cultura y las Artes y la recién creada Secretaría de Cultura. 

Los rumores sobre la desaparición de Conarte han crecido desde que se sabe que no pocos extrabajadores de esa institución se han integrado al equipo de Melissa Segura. 


Solicitamos aclarar estos rumores con el fin de tener alguna certeza sobre el destino de la Cultura estatal. 


Acerca de los rumores sobre la desaparición de Conarte y ante el hecho de que algunos ahora extrabajadores del Consejo se han integrado a su equipo de trabajo, Melissa Segura señaló que se trata de un tema eminentemente laboral; ya que dicho personal renunció a su puesto en la paraestatal. Asi mismo dijo que es gente con la que ya ha trabajado antes y responde a un interés profesional. Los esquemas de trabajo son distintos y ahora ese recurso humano formará parte del Gobierno Estatal. 


El nuevo eje rector de cultura en la entidad es la Secretaría de Cultura y en este sentido no existe una total autonomía de los organismos descentralizados como el Festival Santa Lucía y el Fondo Editorial Nuevo León; en cuanto a 3 Museos y Conarte, mencionó que tienen sus propios sistemas de gobernanza y serán respetados, pero que habrá una mayor comunicación y vinculación.


A decir de Melissa, Conarte tiene su propia administración y gobernanza, por lo tanto, las decisiones que se tomen ahí le competen al Consejo y a su Presidenta, Verónica González.


Aclaró también que esta es la primera vez que miembros del Consejo solicitan una reunión con ella y reiteró su disposición para tener las reuniones que sean necesarias, siempre y cuando se trate de temas que le competan a dicha instancia.


En cuanto a las atribuciones de la Secretaría mencionó que no tiene atribuciones en términos de creación, formación, ni divulgación artística. En pocas palabras la Secretaría de Cultura no tiene responsabilidad sobre los espacios culturales cuyo principal objetivo es atender a la comunidad artística en estos procesos.


“En este sentido no hay una pugna o duplicidad por el tema de espacios porque esa tarea le corresponde a Conarte: Subsidios, becas, apoyos y premios. Y está claramente delimitado en el reglamento”. 



“El alcance de Conarte era limitado en temas de desarrollo cultural, particularmente el trabajo en municipios y comunidades prioritarias. Lo que hace el Gobernador es crear una secretaría para que trabaje con las comunidades en sus territorios”. 


Uno de los temas tocados en la reunión fueron las demandas de los trabajadores del arte y la cultura, quienes año con año son contratados bajo esquemas de mucha desigualdad. También se le preguntó qué podía hacer ella en el tema de los retrasos en los pagos, que afectan no solo la calidad de vida, sino su salud mental de los artistas. A esto Melissa respondió que al menos en lo que respecta a quienes entren a trabajar en la Secretaría y en sus programas, tendrán contratos laborales y se refirió a los gestores y talleristas, quienes en ciertos casos tendrán que darse de alta como proveedores.


En el tema administrativo dijo que poco puede hacer. Así que los retrasos de los pagos seguirá siendo un tema pendiente hasta que toquemos a las instancias pertinentes.


En conclusión, desde mi punto de vista y creyendo lo que Melissa Segura aseveró, Conarte seguirá existiendo. Otros son los problemas de ese organismo, pero oportunidades para mejorarlo pueden existir, siempre y cuando hagamos valer la voz y el voto que nos han encomendado las comunidades artísticas. Las vocalías han perdido fuerza en los últimos años, me queda claro que tenemos como tarea pendiente recuperar el valor que la representación ciudadana tiene en el Consejo para la Cultura y las Artes de NL, y esto se puede lograr a través del diálogo político.


Se que existen diferentes posturas sobre la pertinencia o no del modelo democrático de Conarte, pero hasta el día de hoy yo no he visto ninguna propuesta que presente otros modelos de gobernanza para la Cultura. A mi modo de ver no podemos pasar por alto que existen legítimos intereses y problemas colectivos y que el individualismo a ultranza no ayuda a vislumbrar ni mucho menos a revertir. 


Hoy podemos ver los cambios como oportunidades para reforzarnos a través de los procesos democráticos que ya existen, pero hay que hacerlos nuestros. Si queremos un ejercicio participativo hay que hacerlo valer.


Vidal Medina
Vocal y representante de la Comunidad de Teatro

22/04/2022


18 enero 2022

Dos notas sobre "La larva" en El Norte

Llega para cuestionar

Si la situación de México se convierte en metáfora, bien podría referirse a una larva en plena transformación. La pregunta sería si será mariposa o no. Ésta es la premisa bajo la que parte la obra teatral "La larva", dirigida y escrita por el dramaturgo Vidal Medina, que promete cuestionar al espectador sobre el conformismo.

"¡Ustedes vienen aquí con todas las comodidades mientras el mundo allá afuera se cae en sus narices!", grita el doctor Gustav Mahler al inicio, personaje interpretado por Medina.

¿Qué pasaría si se diseccionara el proceso de transformación para analizar el cambio? Desde ese cuestionamiento partió el director. Inspirada en La metamorfosis de Franz Kafka, la obra es protagonizada por el actor Horacio Salinas, quien interpreta a una larva.

"He hecho muchas obras en México y en Europa. Crecí en Monterrey, pero éste es un papel difícil, es un reto", dijo el también actor de la película Santa Sangre, de Alejandro Jodorowsky.

El montaje del colectivo La Cuarta Transversal aborda la muerte, confronta al público y tiene un tinte bufonesco.

"La obra es una crítica al conformismo de los mexicanos. Tenemos una transformación prometida que no se lleva a cabo. Somos muy larvas", expresó Medina, ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido UANL 2013.

El experimento y la tensión entre el doctor Mahler y la larva pueden ser una metáfora sobre los ex-perimentos sociales con los seres humanos, ahondó Medina.

"Pueden saltar varias interpretaciones. Uno de los grandes experimentos es el capitalismo, por ejemplo, ese gran experimento que han hecho en los últimos 50 o 70 años, que a grandes rasgos ha encallado en un fracaso total".

La obra se presenta desde hoy y todos los jueves de febrero y marzo en el Instituto Superior de Especialidades de Monterrey, ubicado en Padre Mier 516, a las 20:00 horas. También se presentará los martes 9 y 16 de febrero y 1, 8 y 15 de marzo en la Sala Experimental del Teatro de la Ciudad en el mismo horario.

Mueve "larva" a reflexión

La materia ideal para un experimento debe ser moldeable, un ente sin sueños y con apatía. ¿Cuántas larvas hay en la sociedad observadas bajo un gran microscopio? Ése fue el cuestionamiento de la obra "La larva", escrita y dirigida por el dramaturgo Vidal Medina, que se estrenó anoche en el Instituto Superior de Especialidades de Monterrey (ISEM).

La casona antigua sirvió de escenario a la historia del doctor Gustav Mahler, interpretado por Medina, cuyo estudio se centra en una larva, que encarna Horacio Salinas, actor de la película "La montaña sagrada", de Alejandro Jodorowsky.

Desde el inicio hay una confrontación, el doctor cuestiona el status quo del público; mientras la larva surge de un capullo. Al analizarlo, Mahler enumera las características de la larva que permitirán su experimento: es fácil de influir, sin opinión ni carácter. Su defecto es que tiene sueños.

La obra se aleja de lo narrativo y tiende más al ensayo. Las líneas de los personajes son contundentes y reflexionan sobre la existencia del ser humano y su pasividad.

Por ejemplo, cuando la larva se pregunta cómo sería si el ciclo de vida del ser humano fuese más breve, como el de las células, con el objetivo de reproducirse y morir.

La propuesta es experimental; tiene un ritmo lento y pausado. Sonidos distorsionados la ambientaron, pero en ocasiones robaron volumen a las voces de los dos actores.

Por otro lado, las proyecciones resolvieron la escenografía, y en ciertos momentos ilustraron una fase de delirio en Mahler. El control corporal de Salinas es impresionante y su actuación es brillante. Al final, la obra logra su cometido, cuestionar sobre el conformismo. "La larva" se presentará los jueves de febrero y marzo a las 20:00 horas en el ISEM, ubicado en Padre Mier 516. Entradas: $150 y $100. También estará los martes 9 y 16 de febrero y 1, 8 y 15 de marzo a las 20:00 horas, en la Sala Experimental del Teatro de la Ciudad. Entrada: $70 y $50.

Notas por: Teresa Martínez

Fotos: Karen Alcazar

Links de las notas: goo.gl/V7JCj9

goo.gl/Kn9scI

19 noviembre 2021

El futuro de la cultura en Nuevo León, entre la generosidad y los derechos

 

En la última junta del Consejo para la Cultura y las Artes de NL se tocó el tema de otorgar un incentivo para que quienes deseen ingresar al padrón de artistas agremiados a Conarte tengan un beneficio extra además de tener voz y voto en las juntas de gremio.

La propuesta que se puso sobre la mesa ha generado una fructífera revisión de los criterios de empadronamiento y nos ha puesto a trabajar en equipo, a vocales y funcionarios, lo cual puede derivar en una mayor apertura para la participación.

La participación en los gremios artísticos es uno de los caminos que reconocemos como democrático para que las demandas del sector puedan ponerse en la balanza, y seguir siendo el punto de anclaje con la sociedad.

También es uno de los mecanismos legales para el diálogo político, cuyo fin es construir y mejorar las condiciones de vida de la sociedad. En este sentido no hablamos de una utopía cuando hablamos de bienestar para los trabajadores del arte y la cultura, sino de un deber del Estado, ya que en el artículo 4° de la Constitución Mexicana dice:

Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación cultural. (ADICIONADO, D.O.F. 12 DE OCTUBRE DE 2011)

Uno de los temas más importantes y estratégicos en la conformación de un sector menos vulnerable es cambiar la visión que se tiene de los trabajadores del arte y la cultura como prestadores de servicios a una visión como sujetos de derecho.   

Por ello reconozco que fue burdo mi ejemplo de considerar un descuento a los artistas en eventos culturales; quizá por ello algunos consejeros confundieron una exigencia de derechos y de reconocimiento legal por parte del sector artístico, con una dádiva.

Lo que me cuesta trabajo entender es que algunos consejeros pidan al sector artístico que “sea generoso con la institución, y que piense en todo lo que ha recibido y en lo que puede dar”, y que esto se pida en un momento crítico, cuando el sector necesita una verdadera reactivación económica.

Piden generosidad a los artistas, mientras los recortes presupuestales siguen mermando los programas y las convocatorias. Piden que veamos lo que se nos ha dado cuando en los últimos años hemos visto cómo el Presupuesto para la cultura se destina en su mayor parte a cubrir el pago de nóminas y de operación, golpeando directamente a los programas y convocatorias, que son el objeto de esta institución.

Por todo eso y con el afán de aclarar ese punto, es que escribo esto, para asentar que no estamos pidiendo privilegios, ni solicitamos dádivas, estamos conscientes de que el presupuesto de cultura proviene de los impuestos de los ciudadanos y que a ellos nos debemos.

También hay que decir que no venimos con las manos vacías, sino llenas, porque somos los artistas y los trabajadores del arte y la cultura los que damos sentido a las instituciones encargadas del fomento y la divulgación de, hay que decirlo, nuestro trabajo. Pongámoslo más claro, sin artistas no habría festivales, ni encuentros, exposiciones o muestras de nada.

Habría que empezar por reconocernos como un sector económico aportante, que pagamos impuestos y generamos riqueza, trabajo y capital simbólico.

Por la situación en la que nos encontramos después de la pandemia, con el cierre de teatros y la paralización de casi todas nuestras actividades remuneradas es que no estamos en situación de jugar a una utopía imposible, por eso apelamos a la sensibilidad de los consejeros y funcionarios encargados de la Cultura y nos amparamos en la Constitución Mexicana.

Más que pedir un descuento o solicitar dádivas, la cuestión que se tiene que zanjar es un tema de visiones y de prácticas en los hábitos de la comunidad cultural.

Se habla de participación ciudadana en la conformación de la política pública, pero al mismo tiempo otros Consejos Consultivos deciden a puerta cerrada los destinos de la cultura en NL sin tomar en cuenta las necesidades de los gremios.

Hoy más que nunca es necesario el diálogo serio y respetuoso, para construir entre todos, trabajadores del arte y la cultura y funcionarios estatales y municipales, mejores condiciones que deriven en una Ley de Cultura en la que estemos representados todos y todas los que hacemos posible la vida cultural en el Estado.

No queremos un futuro en que la Cultura sea secuestrada por los intereses de unos cuantos, por salud democrática es que deben abrirse los mecanismos del diálogo para que en el corto plazo haya legislaciones que reconozcan como sujetos de derecho a quienes trabajamos en el arte y la cultura.

Por la salud de la democracia y un futuro en el que estemos todos incluidos, más equitativo y sobre todo más justo.

Gracias.

Vidal Medina. Vocal y representante de la Comunidad de Teatro.

Texto leído en la Vigésimo Tercera Reunión Ordinaria de Consejo el 17 de noviembre de 2021.