El amor es una condición de la filosofía porque es un pensamiento y es este pensamiento el que debe ser, hoy, reencontrado. Porque ahora, a menudo, se tiene la idea de que el amor es un contrato: "¿cuáles son mis ventajas?, ¿tengo las mismas ventajas que el otro? ¿no hay uno que tiene más beneficios que el otro? Y si no me dices cuáles son mis ventajas, no firmo." Pero, si el amor es un pensamiento, es una aventura sin garantías, no pueden ustedes exigir garantías. Entonces el amor no está en la forma del contrato, sí hay contratos de matrimonio, pero tienen que ver con el dinero, pero el amor no es una cuestión monetaria, el amor no es una forma refinada de la prostitución. El amor es una aventura del pensamiento, es una aventura sin garantías y sólo cuando es sin garantías puede ser la felicidad.
Debemos recobrar hoy el sentido de la aventura, debemos recobrarlo en muchos ámbitos, probablemente tenemos que recobrar la energía de la aventura política, con otras palabras y otras visiones que antaño: eso está a la obra. Pero, también tenemos que recobrar el sentido de la aventura amorosa, debemos liberar al amor de la prisión de las exigencias y las garantías. Debemos saber que no es un contrato entre dos unidades cerradas, sino que es la apertura de la diferencia hacia sí misma. Debemos de encontrar la nueva senda de esta aventura y entonces el amor debe de ser reinventado. Después de todo, es lo único que quería decir. Gracias
Fragmento de la conferencia "amor y psicoanálisis" de Badiou pronunciada el 4 de marzo de 2006 en la UNAM
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